El restaurante Àtic, ubicado en la azotea de Palau Alameda (Valencia), se transformó en un auténtico paraíso para los amantes de la carne. La ocasión lo merecía: una velada única organizada por Discarlux en colaboración con Josper, en la que la carne fue la gran protagonista gracias a un show cooking en directo que puso de manifiesto el talento culinario, la excelencia del producto y la versatilidad de la brasa.
Durante el evento, los asistentes no solo disfrutaron de un menú exclusivo elaborado en vivo, sino que también tuvieron la oportunidad de conocer en detalle las cualidades de cada corte, las técnicas de cocinado y los matices que hacen de las carnes de Discarlux una referencia indiscutible en la alta restauración. Una experiencia didáctica, sensorial y deliciosa, en la que la interacción con los cocineros y técnicos aportó un valor añadido a cada bocado.
A los fogones, el equipo de cocineros de Discarlux, formado por Joaquín Felipe Jr y Andeka González , que demostraron su maestría con el producto y su dominio absoluto del fuego. Con oficio, precisión y pasión, guiaron a los asistentes en un recorrido carnívoro sin concesiones, apoyados por la tecnología Josper para resaltar al máximo las cualidades de cada pieza.
El menú preparado para la ocasión arrancó con dos entrantes pensados para sorprender desde el primer instante: una picaña madurada con gambón acevichado, perfecta para refrescar el paladar con su equilibrio entre grasa, acidez y mar; y un tartar de cañón madurado, cortado a cuchillo y aliñado con mimo, pensado para resaltar toda la intensidad y profundidad de la carne.
Tras ese inicio potente, llegaron los principales, todos cocinados con precisión en horno Josper y presentados en directo ante el público. El primer pase consistió en una brocheta de cube roll en estilo yakiniku, acompañada de vacío OLS Special Beef, todo servido con brotes de lechuga viva y cebollita. Una combinación sabrosa y equilibrada, ideal para experimentar distintas texturas y puntos de cocción.
El segundo pase elevó aún más el nivel con un espectacular New York con hueso (Ribeye), cocinado a la brasa y acompañado por una ensalada de tomates que aportaba frescura y contraste al plato.
El cierre dulce estuvo a la altura: el equipo de repostería de Àtic sorprendió con un postre bautizado como Susurro de Hibiscus, un elegante flan de queso con almíbar de tequila que redondeó la experiencia con un guiño delicado, floral y ligeramente etílico.
Para acompañar cada pase, se seleccionaron vinos cuidadosamente elegidos, pensados para realzar los matices de cada corte y completar una velada donde el producto fue tratado con el respeto y la excelencia que merece.
Una noche memorable que no solo reafirma el compromiso de Discarlux con la divulgación de la cultura carnívora de calidad, sino que también demuestra la voluntad de Palau Alameda de seguir apostando por eventos gastronómicos de alto nivel, donde el producto, la técnica y la experiencia del comensal son el centro de todo.
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