En el universo de la charcutería gourmet, hay creaciones que trascienden lo convencional. Un ejemplo destacado es el nuevo producto que la empresa de distribucción cárnica Discarlux ha elaborado. El Chorizo Criollo. Un producto muy top destinado a unos cuantos restaurantes que van a poder tener este producto tan exclusivo.
¿Y porqué es tan exclusivo? En primer lugar porque no se pueden elaborar todas las unidades que se quieran, además es un producto elaborado con una carne muy especial. José Portas, gerente de Discarlux, nos lo muestra:
Así es, este chorizo criollo está elaborado con un 80% de carne de Wagyu (100% genética Wagyu) de animales criados en España; y un 20% de un producto muy exclusivo: carne de cerdo ibérico manchado de Jabugo, que en la actualidad recupera la empresa Don Mateo.
Wagyu Fullblood: La Nobleza de la Carne
El Wagyu, conocido por su excepcional infiltración de grasa y ternura, alcanza su máxima expresión en los ejemplares Fullblood, cuya genética es 100% pura. Criados en España bajo el sello de calidad «Ushido», estos animales están inscritos en la Australian Wagyu Association (AWA), lo que garantiza su linaje y estándares de calidad. La crianza en fincas propias permite un control exhaustivo de la alimentación y el bienestar animal, factores clave para obtener una carne de características únicas.
Manchado de Jabugo: El Tesoro Recuperado
El Ibérico Manchado de Jabugo es una raza porcina autóctona de Huelva, reconocida por su carne jugosa y sabor distintivo. Considerada en peligro de extinción, esta variedad ha sido rescatada gracias a iniciativas como la de Don Mateo, que cría estos cerdos en las dehesas centenarias de la Sierra de Aracena. Su alimentación a base de bellotas y pastos naturales, junto con una vida en libertad, confiere a su carne matices dulces y una textura inigualable.
La unión de estas dos carnes premium en un chorizo criollo representa una innovación en la charcutería de alta gama. La jugosidad y el sabor umami del Wagyu se complementan con la intensidad y la tradición del Ibérico Manchado, creando un producto que deleita a los paladares más exigentes. Esta fusión no solo destaca por su sabor, sino también por el respeto a las tradiciones y la sostenibilidad en la producción.
Su producción limitada y la calidad de sus ingredientes lo convierten en una joya gastronómica para los amantes de la buena mesa.